La La Land

la_la_land-262021831-largeA mi me gustan los musicales.

En general me gusta la combinación entre teatro y música o cine y música.

Yo no soy ninguna entendida en cine, aunque me gustaría, y reconozco que me da envida la gente capaz de hacer referencias a los clásicos cuando hablan de fotografía o montaje. A mí la fotografía y el montaje me llegan en el mismo paquete que todo lo demás. Me pasa como con las canciones; me gustan y me emocionan y me conmueven o me despiertan, y no sabría decirte si es por el arreglo de guitarra o por el compás de siete por ocho.

Vamos, que soy público general. Pueblo llano.

Como decía; me gustan los musicales. No son mi género favorito; pero recuerdo un buen número de películas que han hecho maca en mi vida en las cuales la música ha jugado el papel de lanzadera. Ha cogido la historia y la hecho llegar directamente, a propulsión,  a donde ha dolido un poco y ha dejado tara… Pequeña pero visible; o no visible pero perceptible en la versión  de mi misma “después de…”.

Me ha gustado mucho La La Land. Probablemente porque sigo siendo una romántica con pájaros en la cabeza. Probablemente.

Probablemente por eso, la fotografía rememorando los musicales americanos de los años 50 y creando un espacio onírico y de colores penetrantes sí que ha conseguido en mí ese objetivo poco disimulado de despertar la ensoñación.

La música me ha cautivado. La melodía de piano que se repite como un recurso narrativo para contar aquello que no se puede contar del todo con guión ni imagen. Mientras la escucho, yo trascribo la historia, la de la película y la mía, en emociones.

El número musical que da inicio a la película, me dispuso en un MODO ACOGIDA “ON” y, aunque me pareció un poco previsible y poco genuino, me gustó su enfoque californiano. Me divertí y me generó sentimientos juguetones y optimistas, tan poco frecuentes en la vida moderna, como necesarios.

La canción que Mía (Emma Stone) interpreta en el Casting que la va a llevar a la consecución de lo que dio un guión a su vida bajo el título de “sueño”, me conmovió;  porque hablaba de soñadores y corazones rotos y sufrientes y eso es el caldo de cultivo de los románticos como yo. Y porque Emma Stone está fea cantándolo pero lo transmite todo. Nada parece haberse dejado esta chica sin recoger, procesar y distribuir.

Los actores protagonistas (cierto que los secundarios serían más bien terciarios) me han fascinado. Emma Stone (que ya me dejó su nombre bien aprendido en BIRDMAN) me pareció simplemente EXCESLA. En cada movimiento y en cada mirada y en cada sonrisa y en cada expresión, confirma una empatía muy singular y reseñable.

Ryan Gosling no alcanza el nivel que ella marca, pero resulta convincente y hace un buen trabajo.

Cierto que no bailan y cantan como Fred Astare o Ginger Rogers, pero la verdad, tampoco hace falta. Quizás por eso no le vale a la película el reconocimiento de género musical en sentido puro… Y qué? Los protagonistas bailan y cantan, y con ello consiguen enternecer, apasionar, disponer…

Yo salí del cine con ganas de bailar y cantar.

Y la historia.  La historia es el epicentro que marca el fondo y la forma de todo lo demás; y todo lo demás está al servicio de la historia. Y la historia es simplísima; de lo más simple; porque habla del amor; o enamoramiento (como quieran decirle). Chico conoce a chica, se enamoran y después hay problemas.

Pero la historia se cuenta con toda la complejidad de la realidad; de la vida y del amor (o enamoramiento) .

La película consigue transmitir que el ser humano bajo el efecto del enamoramiento es invencible (o eso se cree); absolutamente poderoso; que es un estado de alteración de la conciencia, felicidad y dulzura inigualable. Y la película lo traslada como nadie en algunas escenas que me abrumaron de bonitas: Como cuando Mía pasa con el coche por el cine en el que ha quedado con Sebastian y le cambia el humor en un instante (porque el amor actúa como anestesia de los golpes del fracaso y de la humillación);  como cuando en el cine buscan el primer contacto físico con las manos, o la del baile en el planetario (que no puede representar mejor la sensación de estar en las nubes; como en un viaje astral fuera del mundo burdo, ruidoso y soez).

Y luego está la vida, que persigue incansable a los enamorados con sus obligaciones, sus responsabilidades, su amenazas en forma de miedos (a la soledad, a la humillación, al dolor), sus exigencias, sus varapalos a base de fracasos, de facturas, de cuentas pendientes; de rencores, de pasado, de futuro… Y luego está el propio ser humano; y el desengaño, y el desencanto y el desenamoramiento. Y los colores se van oscureciendo en la paleta de rosas.

Ya no parece tan simple, y las canciones y los bailes y la luz de la luna van quedando reducidos a algunos momentos, y bajando… Llegar al punto de preguntarte en qué punto estás y cómo has podido llegar hasta ese punto. Los esfuerzos de uno y otro; los intentos de hacer tabla rasa, las terapias de pareja… Ya no parece tan simple.

Y el final. Tristísimo. Aunque no lo quiera parecer. Porque lo más tremendo de todo es que se sigue viviendo. Se mira para otro lado y a otra cosa… Que de tanto elegir a veces acertamos  y otras no y eso nunca lo sabes cuando haces la elección; a veces lo sabes después, y otras, tampoco.

Y, como casi siempre (como me pasa cuando le pregunto a google por los síntomas que padezco, que siempre me responde que tengo sida) cuando termino cualquier reflexión de tipo vital emocional, concluyo que hay que disfrutar de las cosas de la vida que nos hacen felices. Tan simple y tan no. Y las que nos hacen desgraciados, simplemente resistirlas, y levantarse luego, malherido o mutilado, pero un poco más sabio y un poco más fuerte. 

ESPÉRAME

Espera, cariño, a que se me pase la frustración que me tiene en jaque desde ayer porque lo tengo todo a medias. Y cuando se me pase la frustración y me sienta más relajada, espera a que resuelva las cuestiones urgentes del trabajo.

DSC_0726

Espera a que termine de cambiar el pañal de Raúl (ya sabes lo que cuesta mantenerlo quieto durante 5 segundos) y te pregunto qué tal se presenta hoy la tarde en el trabajo… Aunque lo mismo cuando termine, empieza a pedirme brazos para ir a dormir y tienes que encargarte de acunar a Manuela, mientras me meto en la cama con él.

Para el pecho, espera tu turno; que después de que Manuela mame, tiene que manosearlo tu hijo, y ya, después, Manuela quiere mamar otra vez.

Espera a que ponga lavadoras, que no nos quedan bodies limpios, y puedo contarte lo que se me ha ocurrido que podemos hacer en el baño para ganar espacio.

Espera a que se duerma la niña y puedo preguntarte qué te parece la próxima gira europea de Pearl Jam. Espera que se duerma y soñamos con la idea de que podemos ir a alguno de los conciertos…

Hoy me he estado acordando de lo que nos reímos aquella noche en mi piso de estudiantes cuando te arrastrabas por el suelo liado en mi albornoz, mientras sonaba Spin de Black circle. Cuando termines de acompañar a Raúl en su comida, te lo recuerdo y verás cómo nos reímos los dos juntos.

DSC_0744

Espera a que terminemos de comentar acerca de cómo fomentar la autonomía de nuestro hijo y después te pregunto cómo va el Madrid en la Champions; aunque si nos enzarzamos en intercambio de opiniones, al final se hace la hora de recogerlo del cole.

Encárgate ahora de llamar a la casa de comidas para llevar, y después ya podemos darnos ese abrazo que tanto necesito.

Ayer quería decirte que estabas muy guapo con esa camisa nueva y que me gusta la forma en que te has afeitado la barba,  pero ya sabes cómo se despertó Raúl de la siesta… Entre unas cosas y otras, quedó para mí.

Ya se que te dije que podríamos ver una peli juntos cuando acostásemos a los niños, pero qué quieres que te diga!; me duermo de pie.

DSC_0760

He sacado un hueco para ir a la peluquería y me he depilado aunque no te hayas dado cuenta; o tal vez sí lo has hecho y pensabas decírmelo pero, como yo, no viste el momento.

Ya saldremos los dos, no te preocupes, ahora ve con tu hijo en la bici y pasa tiempo con él que sabes que le entusiasma.

Sí, se que la última vez que nos reímos juntos a carcajadas por algo que no fuera una payasada del Leñador, fue cuando acerté cuál era la tarea del hogar que más te disgusta.. En serio, no hace falta ser muy listo; cuando coges la balleta para limpiar el mantel repleto de migas de pan, pones la misma cara que cuando tuviste que defender tu concierto solista de final de carrera… Es obvio que te tensa.

Ya me imagino que debes encontrarte un poco triste ante la idea de que tu hermano se marche lejos. Espera a que termine de cuadrar la contabilidad familiar de este mes y hablamos de ello.

DSC_0753

Me han recomendado un libro que estoy deseando poder leer. Cuando termines de explicarle a Raúl por qué no puede comer ahora un bombón, me encantaría compartirlo contigo.

Pensaba aprovechar el viaje a Murcia para contarte que quiero empezar a hacer deporte, pero al final tuve que pasármelo cantando un «veo veo» que siempre empieza con la letra M..

DSC_0525

Qué bien me sentó el beso que me diste en el pasillo el otro día, de forma inesperada, mientras corría a la habitación de Raúl a por un pañal para cambiarlo, sobre todo ahora que tantas veces me miro al espejo y pienso que no hay manera de que pueda resultarte atractiva

Cuánto disfruto esos 3 segundos de retoce en la cama cuando nos acostamos, antes de caer rendidos. Es sorprendente sentirse mimado cuando pasas el día mimando a otros.

Me gustas mucho, hombre de los 70´, cuando me das la cena mientras sostengo a la pequeña que se ha puesto a llorar. En esos momentos me convenzo de que recuperaremos ese espacio a dos bandas que hemos dejado en barbecho.

Y lo que más me gusta de todo, es que tú lo tienes absolutamente claro: Volverán, como las oscuras golondrinas, las cenas para dos, las escapadas románticas, las noches y las mañanas de pasión, los conciertos y las películas…

Y, mientras tanto, sigue enamorándome cambiando pañales con garbo; haciéndoles a tus hijos ataques del amor y quedándote por la noche a dormir a Manuela para que yo pueda irme a la cama.

 

 

 

 

Mi niño es un maleducado.

El otro día despertó mi interés un artículo que alguien compartió en facebook del diario «El Periódico» a propósito de la tolerancia social hacia las familias con hijos.

En él, un padre de familia relataba una experiencia desafortunada mientras viajaba en el tren con sus hijos, ante la desaprobación por parte de algunos de los demás viajeros, de su presencia misma.

Lo más interesante para mí fue el debate que se creó, al pie del artículo,a través de los comentarios de los lectores.

Simplificando hasta el absurdo, había quiénes estaban a favor del padre indignado; otros comprendían perfectamente el rechazo que para los otros viajeros, provocaba la familia con dos niños pequeños y, otros, y aquí la muestra de población que puso en jaque mi razonamiento, opinaban que por supuesto que se debía tolerar la presencia de niños pero siempre y cuando fueran niños bien educados…

DSC_0021

Atendiendo a los ejemplos que muchos de los implicados en el debate utilizaban para justificar su empatía hacia los viajeros que mostraron abiertamente su rechazo hacia los infantes, MI HIJO ES UN ABSOLUTO MALEDUCADO.

Sí, sí; tantos desvelos, tanto empeño, tanto tiempo invertido en intentar educarlo para que, al final, me haya salido un pequeño monstruo indigno de viajar en tren, en autobús, en avión; de ir a un restaurante o a una cafetería… Y lo peor de todo es que todo eso ha pasado sin que yo me hubiese enterado.

DSC_0031

Yo, que respiraba aliviada en la idea de que tan mal no se nos estaba dando la cosa al de los 70´y a mí cuando el leñador, a sus tiernos dos años, casi siempre pide las cosas por favor, acostumbra a decir gracias y hasta está aprendiendo a pedir disculpas; yo, que me derretía de ternura porque mi hijo se interesaba por dar la mano a mi abuela de 92 años cuando vamos por la calle o, en el parque, termina dejando su bici a todos los niños… Resulta que era totalmente inconsciente de que estaba creado un monstruo..

DSC_0180

Un pequeño monstruo, sí, porque mi hijo, cuando vamos a un restaurante, después de alrededor de hora y cuarto u hora y media sentado en la trona, se baja al suelo y juega a las carreras con los coches alrededor de nuestra mesa; un completo trasto que echa limón y patatas fritas en su vaso de agua y lo revuelve todo; un esperpento que ríe a carcajadas sonoras; que se arrodilla y se mancha y que rompe los manteles de papel.

Cómo no me había dado cuenta de lo peligroso y molesto que resulta mi hijo cuando en el tren pregunta millones de veces dónde está el maquinista; o se empeña en  apoyar la cabeza en los cristales. Cómo no había caído en la cuenta de que es un completo terrorista que canta «La araña insi winsi» a plena voz o se quita los zapatos. Cómo no he sido consciente hasta ahora de que mi hijo no muestra respeto alguno hacia la sociedad, porque me pide que le lea un cuento o da vueltas sobre sí mismo.

DSC_0056

Aunque…. Esperen un momento… ¿ No se trataba de tolerar a los niños? Quiero decir, ¿A los niños normales; a los de toda la vida…?

Vamos a ver, personas adultas que no soportáis a los niños maleducados como el mío: ¿Qué diferenciaría a un niño  bien educado cuya presencia sí resulta tolerable en restaurantes y transportes públicos, de un adulto como vosotros? Si estamos hablando de niños bien educados, que no se levantan de su asiento en tres horas de viaje; que comen sin mancharse y que no despegan el pico; que se ponen la mano para toser o estornudar y hasta ceden el paso a las señoras, entonces, amigos, ¿!!cómo no los ibais a tolerar??!! De la misma forma en que se os tolera a vosotros…

Pero así no son los niños. No al menos los sanos; los que son felices. Los niños de dos años, normales y felices, no suelen estar más de dos horas sentados sin moverse, porque necesitan moverse y liberar adrenalina; no  pueden estar callados, porque tienen la necesidad de comunicarse, de preguntar; quieren saberlo todo.. Vaya manía más estúpida!; Quieren tocar el agua y chafar las patatas fritas porque están conociendo el mundo… Menudo despropósito!; cantan, porque así expresan su alegría… Qué estupidez!..

DSC_0164

Así que sí, los niños en ocasiones revientan la comodidad del silencio y la tranquilidad abosolutas; coincidir con niños en un restaurante implica  que no vas a sentir que cenas a solas con tu pareja…Pero, queridos y queridas, ¿no vivimos en sociedad? ¿no implica esta realidad soportar situaciones no siempre deseables?… A mi, a veces tampoco me apetece escuchar a los de la mesa de la comida de trabajo reírse a carcajadas contando chistes machistas cuando voy con mi familia… Pero a nadie se le ocurre pensar que a los machistas debería prohibírseles ir a restaurantes.. ¿Por qué, entonces, sí nos planteamos que los niños no deberían viajar en tren?.

DSC_0170

Y, aunque a algunos no les interese, las contrapartidas que nos ofrecen los niños, creánme, son mucho más interesantes que las que suelen ofrecer los machistas…

En definitiva: Quiero que mi hijo sea un niño bien educado y por eso me esforzaré en seguir enseñándole a pedir las cosas por favor, a no insultar ni increpar a los demás, a dar las gracias; a pedir disculpas… Pero seguiré dejando que mi hijo se baje al suelo en los restaurantes, cante y baile cuando oye música y me pregunte cuarenta y cinco veces dónde está el maquinista…

DSC_0155DSC_0073

DSC_0046DSC_0045

Las fotos son un poco de aquí y de allá…

 

 

Embarazo: Segundo trimestre. De los plexos coroideos y otras historias para no dormir.

Tan inmersa me encuentro ya en el tercer trimestre que casi se me han olvidado las bondades del segundo.

Ahora, que ya empieza a no haber posición compatible con las formas y dimensiones de mi cuerpo cuando se trata de dormir, lejos me quedan las noches boca abajo y los despertares con la espalda indemne.

Como una ensoñación, vienen a mi memoria días sin nauseas y de asombrosa agilidad.

IMG_7855

IMG_7176

IMG_7166

Recuerdo cómo engullía sin remordimientos cual profundo e insaciable agujero negro y, aún así, hacía la digestión sin enterarme.

También me acuerdo de que seguía llorando con los trailers televisivos de «tengo una carta para ti» (no les quiero ni contar lo que están haciendo ahora, en mi frágil estabilidad emocional, los anuncios navideños..). Y todo eso por no hablarles de las cosas serias. Si, como la mayoría de Ustedes, me siento hundida por las tragedias que se están viviendo en el mundo en los últimos tiempos, les aseguro que afrontarlas con la sensibilidad que comporta el estado hormonal de una preñez, resulta devastador.

Recuerdo que el pelo me lucia fuerte y brillante y la piel tersa. Recuerdo vitalidad y ánimo alegre. Recuerdo regularidad intestinal (que queda ya muy lejos), y hasta ver pelis por la noche.

Pero como a menudo no todo puede ser perfecto, recuerdo haber pasado semanas de angustia y preocupación; de miedo y desazón.

En la ecografia de las 20 semanas nos dijeron que nuestra hija tenía dos quistes en los plexos coroideos; es decir, en el cerebro.

El ginecólogo que me atendió fue amable y trató de restarle importancia al hallazgo. Me dijo que era bastante común y que solían desaparecer; que, puesto que no se percibía ninguna otra anomalía en nuestra pequeña, se descartaba la amniocentesis y que no sería nada, que no me preocupara.

Pero madres y padres del mundo: Cómo no nos íbamos a preocupar?!!

«A toro pasado» he comprobado que es algo muy común con lo que la ginecología actual está muy familiarizada; pero no les miento si les digo que, antes de que le pasara a nuestro bebé; no era nada consciente de ello.

Y, como no puedo negar una malsana adicción a autodiagnosticarme a través de páginas y foros de Internet; allí que empecé yo a buscar respuestas; en la soledad de mi hogar; sabiéndome culpable, como si estuviera vaciando cuentas corrientes ajenas.

Ésto viene siendo así casi desde que empezó el milenio; y miren que soy más bien de ir al medico poco o nada. Y les puedo decir, que con cada síntoma introducido en google siempre acababa convencida de que tenía VIH… Les aseguro que todos los síntomas del mundo (por extraños que parezcan) pueden relacionarse con el VIH.

Y lo cierto es que, últimamente, «me estoy quitando»; pero aquel día; con las palabras quistes y cerebro rondando en el mío, no pude evitar lanzarme a los brazos engañosos y despiadados de la red.

Y allí empezó la zozobra: Que si trisomía 18 ; que si graves malformaciones; que si esperanzas de vida…

Y las informaciones que discretamente íbamos recopilando nos alentaban a no estar preocupados. Discretamente, digo, porque apenas me atrevía a verbalizar el problema, que parecía ganar realidad cuando lo exteriorizaba.

Consultados tanto profesionales médicos de nuestra confianza como alguna persona que había lidiado con el mismo susto o parecido, todos nos decían que lo más probable es que no fuera absolutamente nada.

Pero había una cosa; un dato que me impedía abandonarme a la confianza y al optimismo; y era que casi todos preguntaban si era un solo quiste… Y lo cierto es que NO; ERAN DOS.

Todos parecían prestos a sentenciar que NO HABÍA MOTIVO DE PREOCUPACIÓN si hubiésemos contestado que era un quiste; pero cuando decíamos que eran dos, con cierta contrariedad mantenían su diagnóstico favorable, aunque parecían permitirse a si mismos el margen de la duda.

Y así, entre días de miedo y días de paz pasamos las siguientes 6 semanas, hasta que volvimos a ver a nuestra pequeña; y para entonces, los quistes se habían esfumado y, con ellos, nuestros terrores…

IMG_7901

 Y he ahí nuestra niña…

NUEVE FORMAS POSIBLES DE PASAR UN ANIVERSARIO II: Del día en que todo empezó

IMG_3591

No soy especialmente amiga de las declaraciones públicas de sentimientos en cuestiones en exceso personales, y mucho menos si se ponen por escrito, con firma y, en este caso, dirección IP reconocibles (probablemente por deformación profesional). Pero tengo tres buenas razones para liarme la manta a la cabeza; pasar por alto la experiencia que me dan unas cuantas decenas de clientes divorciados, separados, en proceso de ruptura o en litigio por cuestiones de custodia o separación de patrimonios, y soltar por este medio rastrero (que se hace pasar por diario pero no lo es) unas cuantas verdades (mías) sobre uno que, durante la década en que nuestras vidas han coincidido, ha parecido salido de diferentes décadas.

Lo han adivinado, sí Señor: El por aquí conocido como «El de los 70´».

La primera de estas razones es que en escasos días se cumplirá un nuevo año desde que el susodicho me fue dado a conocer de la forma menos parecida a cómo habría soñado encontrarme al amor de mi vida…

La segunda es que mis más incondicionales seguidores (una vez una persona me lo preguntó) reclaman una explicación sobre por qué lo llamo el de los 70´; sobre todo si son conscientes de que el de marras nació en el 81.

Y la tercera, y más importante, es que a falta de tiempo para idear cenas románticas, cajas sorpresa con fotos inéditas y dibujos de corazones, o para salir a comprar un perfume o unas cajas de calcetines, con este post doy por cumplidas y satisfechas mis obligaciones maritales relativas al Aniversario.

Let´s start with the begenning.

Mientras a mis 20 años todavía tenía pájaros ensoñaciones en la cabeza de que iba a conocer al hombre de mi vida mientras en el metro (supongo que pensaba en algún viaje a la capital porque en Murcia o en Caravaca, de metro nada) coincidíamos leyendo a Proust , o de que ese hombre quedaría impresionado cuando recogiera del suelo la película que acababa de sacar del videoclub y que había resbalado de mis manos por casualidad, al comprobar que era también una de sus películas preferidas; o que me miraría profundamente a los ojos mientras en algún lugar empezaba a sonar esta canción;  el de los 70´y yo coincidíamos en una terraza discotequera, una noche de Agosto, mientras probablemente sonaba algo como ésto (que, por cierto, qué subidón me ha dado al escucharla…).

Mi hombre de los 70´no lucía pantalón vaquero desgastado, camiseta blanca medio raída y barba de tres dias, no. Muy por el contrario llevaba unas bermudas blancas, una camiseta de Emporio Armani de las que marcan y una coleta engominada al estilo Joaquín Cortés.

Pero chica, teniendo en cuenta que a esa noche le precedían algunas experiencias rarunas con chavalotes de los de la camiseta blanca raída y que el chico no desmerecía un repaso, pues me interesé en mantener una conversación con él, que, mire Usted por donde, nos desveló que ambos éramos fans incondicionales de la música de Pearl Jam.

Por resumir, a esas noches siguieron otras en las que me resultaban divertidos sus modales de Mr. Big, aunque mis amigas y hasta mi madre torcían el gesto cuando me veían con un chico con tan buen aspecto, y yo misma me representaba viviendo mi propia noche de Cenicienta.

De eso hace ya casi una década… y poco a poco el de los 70´se fue revelando, de una forma absolutamente sorprendente para mí en lo que a género masculino se refiere, en una persona completamente AUTÉNTICA.

En un hombre que habla menos de lo que me gustaría, pero que apuesta más de lo que jamás haya visto antes en ningún otro; en uno que nunca lee los libros de los que le hablo, pero que a veces me sorprende con las reflexiones que yo encuentro en los mismos; en uno sin trampa ni cartón; sin grandes circunloquios y con grandes sentimientos; en un hombre que una vez me dijo que se sentía cómodo en el  8 porque detestaba pasar del 5 al 10; y que, no obstante, lidia perfectamente con mis «cincos pelados» y no se abruma con mis «dieces».

En un hombre del que me siento orgullosa, con el que me siento unida; del que he aprendido (y sigo haciéndolo) muchísimas cosas, con el que me encanta estar a solas y con el que disfruto de la compañía de los demás; en el que confío más allá de la amplitud con la que comúnmente, empleamos el término confianza.

En definitiva y para terminar con esta pornografía sentimental que me va a avergonzar hasta que se me olvide, un hombre que ha sido una suerte conocer y una fortuna tenerlo como compañero de vida, por más que, como cada cual, tenga sus cosillas (ya sabes, chico, que si no lo digo reviento… Legado Abellán), y por más que sueñe con poner encima de nuestra cama un póster de las Tortugas Ninja.

Y después de toda esta fiesta de sentimentalismo, lo que han estado Ustedes esperando.

Por este look con el que me ha acompañado a lo largo de varios años de nuestra convivencia, lo llamo yo el de los 70´

IMG_0167

Feliz Aniversario, Raúl

LA DOLCE VITA II ( !VIVA EL VINO!!)

Como decía Elvis: Viva el vino, viva el dinero y viva el amor…

Casi se me pasan las vacaciones sin terminar de contarles nuestro idílica estancia en tierra Toscana.

En Julio a todos los Juzgados les da por notificar emplazamientos y señalar vistas, y una servidora arranca un sprint sin precedentes con el único y noble objetivo de tener un Agosto relativamente tranquilo.

Todo lo tranquilo que me deje mi preñez que, a juzgar por el volumen de mi barriga, parece estar en su ecuador cuando aún no hemos abandonado el tedio del primer trimestre. Ya les contaré sobre eso cuando ya no me queden recuerdos maravillosos con los que engañar el hastío.

Como no quiero cansarles en exceso con palabrería, y tampoco tengo la capacidad descriptiva de Homero, dejaré que sean las imágenes las que les lleven por los campos y paisajes, por viñedos y cantinas, por ciudades y catedrales, y les hagan suspirar, envidiar o soñar, según gusten.

He comenzado la entrada alabando al fruto de la vid porque  beber vino (buen vino) fue una de las cosas que más hicimos en nuestras vacaciones toscanas.

IMG_1236

IMG_1271

IMG_1288

Con ánimo de que encuentren en estas línea alguna utilidad, les cuento a continuación las cantinas que decidimos visitar y los vinos que seleccionamos para degustar y comprar, aconsejados por gente autóctona.

Aunque en el mundo entero quizás la denominación de origen más conocida de esta región sea la de Chianti Clásico, los oriundos parecen no tenerla en demasiada estima, y siempre que preguntábamos nos aconsejaban otras denominaciones menos promocionadas pero muy exclusivas y cuidadas. Me estoy refiriendo, en concreto, a la denominación Brunelo di Montalcino y Nobile de Montepulciano, ambos de la provincia de Siena.

En Montepulciano visitamos la cantina POLIZIANO, en la que probamos (y compramos) uno de los vinos de su más aclamada selección: ASINONE.

También estuvimos en la CANTINA GATTAVECHI; una cantina familiar situada en el centro mismo de la población de MONTEPULCIANO en la que disfrutamos de un aperitivo a base de quesos y embutidos y una degustación de vinos realmente deliciosos.

Otra cantina interesante es la de Redi, que también está en el centro de la población.

Creo que una de las cosas más maravillosas de esta ruta vinícola que nos montamos el de los 70´y yo durante tres días completos de nuestra estancia, fue descubrir los paisajes de esta zona de la Toscana… Algunos dicen que se ha convertido en el Saint Tropez italiano; con un turismo de lujo y selecto, poco explotada y masificada… Lo cierto es que los paisajes que se divisan desde la ventanilla del coche por carreteras secundarias y casi desiertas, son pura ensoñación:

IMG_1025

IMG_0992

IMG_1061

No podíamos evitar parar cada 50 metros, salir del coche y respirar el horizonte verde…

IMG_1032

IMG_1019

La misma belleza mostraban los pueblos, con sus calles de piedra y sus casas vestidas de flores.

En cuanto a la denominación Brunello di Montalcino, es una denominación muy pequeña y exclusiva, hay muy pocas bodegas y los cultivos son viñedos familiares  muy tradicionales.

En esta zona, visitamos dos bodegas:

En primer lugar la cantina de Barbi; situada en un paraje espectacular, en la que aprovechamos para comer en su fantástico restaurante una pasta con carne de caza que nos cautivó.

Si están pensando en ir y se preguntan qué vinos pedir, les recomiendo las añadas de 2004, 2006 y, sobre todo 2007.

IMG_1241

IMG_1242

Para despedirnos y con la vehemente recomendación de nuestro anfitrión el Sr. Tadeschi, visitamos una bodega mucho más pequeña y cuya producción es una auténtica maravilla; San Polino. Son vinos ecológicos realmente diseñados más que fabricados o producidos.

Al llegar nos atendió uno de los hermanos propietarios de los viñedos y bodagas y, además de explicarnos con mucho detalle y amabilidad todo el proceso, desde la recogida de la uva hasta el embotellamiento del vino, nos  invitó a una degustación en la parte trasera de la casa/cantina, en un lugar bucólico, con vistas espectaculares, rodeados de silencio campestre amenizado por los cantos de los pájaros y los zumbidos de los insectos. Tres botellas de vino y una conversación chapurreada en tres idiomas divertida y reveladora. No se puede pedir más a la vida, no?

Las imágenes a continuación son de la cantina.. El pañuelo que luzco a todas horas en la boca era mi remedio casero a un ataque de alergia que casi me cuesta la asfixia esa misma noche (pero esa historia, da para otra entrada).

IMG_1253IMG_1249IMG_1245

Después de tan agradable experiencia, y con la relajación que te aseguran cuatro buenas copas de vino, o para mejor decir, cuatro copas de buen vino, nos fuimos a visitar la Abadía de St Ántimo; un complejo monástico en el que siempre pienso cuando mi leñador coge alguna rabieta y mi mente quiere volar a lugares serenos y perfumados de paz.

Es un remanso, un lugar casi celestial en el que reina un silencio dulce y cómodo. Quedé prendada  de la forma en que la Abadía se dejaba acariciar por la luz primaveral del sol y se hace inmensa rodeada de un valle superlativamente verde.

IMG_1066

Casi me quedo allí, entregada a la vida monástica cuando al entrar descubro una celebración en la que unos 50 monjes vestidos de lino blanco cantaban cantos gregorianos… A punto estuve…

IMG_1082

Al final nos acordamos del vino y nos despedimos mucho más relajados que si hubiéramos pasado por cualquier SPA de la Costa Blanca.

Después de este paseo por las nubes, finalizamos el viaje con dos clásicos italianos: Florencia y Venecia.

En realidad Florencia fue una visita intercalada entre la ruta vinícola; aunque por sistematizar la he colocado al final.

De Florencia seguro que todos saben mucho, así que poco les voy a contar; solamente que es quizás la ciudad que más me ha impresionado en mi exigua vida viajera y que me fascina porque no puedo ser más fan del Renacimiento.

IMG_1155

IMG_1111IMG_1157

Adoro el Hospital de los Inocentes; simetría, clasicismo…

IMG_1165

IMG_1162

IMG_1184

IMG_1143

IMG_1200

IMG_1212

IMG_1211

IMG_1221IMG_1215

Los jardines del Palacio Pitti son, además, perfectos para hacer un poco el ganso…

Y pongo fin a este nostálgico viaje del recuerdo en una ciudad que hay que visitar al menos una vez en la vida; porque no echa peste ni está sucia… Es simplemente fantástica; es romántica y asombrosa, desconcertante, a veces, mentirosa, arrebatadora y un poco canalla… Es Venecia.

IMG_1343

IMG_1338IMG_1342IMG_1400

IMG_1335

IMG_1353IMG_1488

Y hasta aquí el paseo. No se Ustedes pero yo estoy por cancelar el apartamento en la Playa, cuarto sin ascensor y pillarme un vuelo para Italia…

De cualquier manera, volviendo a Elvis, todo viaje es maravilloso si se hace en una compañía adecuada… VIVA EL AMOR, CLARO QUE SÍ!! Y viva el dinero también, cuando se le coloca en su lugar, en tanto en cuanto nos permite estas experiencias.. Afortunados somos de haberlas vivido.

IMG_1208