San Sebastián con niños

No se vayan a pensar que les voy a resolver el misterio de la Santísima Trinidad. No tengo secreto ni truco infalible. Lo único que puedo hacer es contar mi experiencia por si algún descerebrado se está planteando hacer un viaje de más de 7 horas en coche con niños pequeños, esperando que le pueda ser de mínima utilidad.

I.- El coche:

Sin duda la principal contraindicación para el destino elegido era la distancia para llegar en coche hasta San Sebastián.

Mi marido y yo, movidos por el romanticismo nostálgico, nos resistimos a recurrir a distracciones electrónicas, sobre todo teniendo en cuenta que en el coche, el hastío de los pequeños sólo nos va a molestar a nosotros; legítimos progenitores.

No me malentiendan, pues. Si tuviéramos que viajar en avión por esas horas, seguro que no me temblaría el pulso en descargarme las 380 temporadas de la patrulla canina. Cuando entra en juego la paz ajena, relajo mis principios.

No les voy a andar con paños calientes. Los viajes largos en coche con  niños pueden ser un horror.

Nosotros, en este caso particular, decidimos hacer un alto en el camino; una parada logística, o, si lo prefieren, una escala de emergencia para evitar el suicidio en carretera. Buscamos un hotel a las afueras de Madrid, aceptablemente bueno, no tan bonito pero bastante barato y, eso sí, con piscina.

Una piscina que al final resultó contener agua de los mares del Norte a 2º centígrados, pero que cumplió su función. A saber: Agotar a dos fieras después de 4 horas de encierro automovilístico.

De nuestra estancia en la capital, déjenme que les recomiende el lugar al que fuimos a cenar. Tapas buenas y originales, precio más que asequible y una bonita decoración. Se llama 80 Grados. Al que nosotros fuimos se encuentra en la zona de Las Tablas, aunque creo que tienen otro local en Malasaña.  Si van, no dejen de probar la mini hamburguesa y las croquetas de jamón.

IMG_9585

Pero volviendo a la espinosa cuestión del coche, me permito decirles cuáles son mis estrategias de contención:

  • Juguetes de casa: Sobre todo de ésos que incentivan el juego imaginativo. En el caso de mi hijo los coches de toda la vida, pequeños y metálicos, no tienen competencia. Si tiene dos o tres puede jugar durante lapsos temporales realmente largos. Manuela prefiere peluches o muñecos y el juego simbólico: Les da de comer, los cura, les hace de maestra…
  • Cuentos: Éste es el truco estrella. En los momentos en los que parecen estar a punto de perder el control, leerles un cuento puede ser una fórmula fantástica de entrar en un ambiente más relajado. También suelo llevar libros de colorear o con pegatinas, que aseguran un rato de entretenimiento pacífico.
  • Los clásicos: Mis preferidos. Viajar con niños no se inventó en el Siglo XXI. Antes también se hacía, y los niños jugábamos al Veo Veo, a las Palabras Encadenadas, a contar los coches de color «x» y a cantar canciones. Mis hijos se entretienen muchísimo con el Veo Veo. En este último viaje se inventaron otros juegos como esperar a que adelantáramos camiones y gritar olé, o contar los segundos que tardábamos en salir de los túneles.
  • Los chistes escatológicos: Sí. Hemos entrado en la etapa en la que lo más desternillante del mundo es que alguien se suba a un avión y haga caca desde allí, así que una ronda de chistes sobre culetes y pedos nos aseguran unas buenas risas.
  • Víveres: Esencial ir bien servido de comidas y bebidas.

Con esto y con todo, hay momentos en los que nada parece funcionar. Se desesperan, lloran, se enfadan… Y entonces sólo vale tener paciencia y asumirlo como algo totalmente normal.

ii.- El alojamiento:

Ésta es de las pocas cosas en la vida que tengo claras clarinete. Para viajar con niños estancias de más de un par de días, mejor casa/piso/apartamento que hotel.

No me imagino comiendo y cenando fuera con los niños durante 8 días. Una casa ofrece espacio para que puedan jugar con sus cosas, descansar, incluso gritar o revolver.

En este caso, cogimos un apartamento con Feel Free Rentals, y lo recomiendo verdaderamente. El apartamento estaba más que bien. Era espacioso, reformado, limpio y ordenado, y tenía una ubicación inmejorable.

iii.- La estancia:

De una forma resumida, éstos son los planes que nosotros decidimos (o nos vimos abocados a) hacer durante nuestra estancia:

  • Día 1: San Sebastián. Playa de la Concha. Peine de los Vientos. De pinchos y Parte Vieja:

Pasear por el Paseo de La Concha es un imprescindible. Nosotros lo hicimos hasta el Peine de Los Vientos. Allí los niños se divirtieron mucho jugando con el aire que salía de los agujeros en el suelo.

Para mí fue un todo un lujo contemplar la belleza que tiene esta ciudad oliendo a mar, y escuchando a mar.

SYMB8653

Processed with VSCO with c1 preset

UGXJ7432

Era bastante escéptica a la opción de ir de pinchos con los niños.  La idea de moverse de bar en bar sin lugar para sentarse no me parecía que fuera a casar bien con dos pequeños hambrientos y cansados. Sin embargo, resultó todo lo contrario. La razón: Toda la zona de bares de la Parte Vieja por la que anduvimos es peatonal; los niños comían y corrían por alrededor sin que resultara peligrosa (a veces el principal inconveniente a la hora de salir a comer con ellos fuera de casa, es su baja capacidad para permanecer sentados durante largos ratos). Al estar de pie y en la calle podíamos estar atentos a ellos mientras disfrutábamos de la gastronomía donostiarra.

DSC_0542

DSC_0638

Por la misma zona, descubrimos una chocolatería a la que no pudimos resistirnos:

DSC_0578

 

DSC_0577

Por la tarde paseamos por el Barrio Antiguo, disfrutando de los preciosos edificios de la Belle Epoque que luce la ciudad. Les recomiendo tomar un café en la Plaza de la Constitución o la Plaza Gipuzcoa; acercarse a contemplar la Iglesia del Buen Pastor y la Basílica de Santa María o, simplemente, caminar junto al Río Urmea, atravesando alguno de sus puentes.

Tanto paseo con los niños se fue haciendo cada vez más complicado, así que, como corresponde, terminamos el día en un parque con toboganes gigantes, que nos aseguró la distensión.

  • Día 2: Museo de la Ciencia. Planetario y Zarautz.

Somos unos expertos en los Museos de la Ciencia. A poco que tenga cierto prestigio, nos entregamos del todo a su capacidad de asombrar e interesar a los pequeños y a los no tan pequeños (no se imaginan el entusiasmo que muestra el de los 70´con los espacios interactivos.)

En cualquier caso: Lo recomiendo encarecidamente. No es demasiado grande, pero me parece que está perfectamente organizado. La mayoría de las salas son enormemente interactivas; se respira paz y concentración.

Para mis hijos fue de gran interés la primera sala que podría llamar sobre física (con poleas, palancas; pesos, volúmenes, imanes) o Animalia. Y fue muy gracioso (especialmente para mí) verme el rostro dentro de 50 años en una pantalla gigante mientras mi hija exclamaba: Mamá, qué fea, o mi hijo me pedía entre gimoteos que no me pusiera así nunca… Ay, C´est la vie!

IMG_9791

IMG_9793

IMG_9799

Un auténtico hit fue el laberinto de espejos. Aunque les recomiendo que presten atención, o se llevarán más de un capón con sus propias narices..

IMG_9816.JPG

IMG_9823.JPG

Si deciden visitarlo, no dejen de acudir a una sesión del Planetario en 3D. Divertidísimo y muy didáctico.

Por la tarde conducimos hasta Zarautz y, les digo, aunque no tiene mucho más que la playa, merece una visita. El atardecer allí era una delicia.

IMG_9894

IMG_9905IMG_9930

 

  • Día 3. Hondarribia. San Sebastián.

El tercer día teníamos programado visitar Hondarribia y después acercarnos a Biarritz y San Juan de Luz. Pero como si quieres hacer reír a Dios, haz planes, finalmente visitamos Hondarribia, !y de chiripa!

El tercero fue el día en que la cosa se torció. Los niños estaban cansados, tardamos una hora y media en aparcar y la idea de esperar en un bar atestado para tomar unos pinchos no mejoró la situación. Finalmente, paseamos un poco por su bonita (y turística, muy turística) calle de casas de colores, comimos en un bar que no era ninguno de los que nos habían recomendado (pero que tenía un buen banco corrido donde los niños descansaron) y compramos un helado antes de volver a casa y pasar la tarde en el Parque de Cristina Enea, ya en San Sebastián. Un lugar, por cierto, más que recomendable para los pequeños y que consiguió cambiarnos el humor.

QPDT8522 IMG_9970 (002)

  • Día 4: Kurssal. Monte Igueldo.

El cuarto día de nuestra estancia aprovechamos la mañana para visitar algunas tiendas, volvimos a la calle 31 de Agosto para comer y después paseamos hasta el Puerto. Allí cogimos un autobús que nos llevó a Monte Igueldo.

Una de las cosas que más ilusión hace a mis hijos cuando viajamos es probar distintos medios de transporte, así que montar en autobús, funicular (para subir a Monte Igueldo) y hacer el mini mini mini paseo en barquito que se puede hacer arriba por 20 eurazos, les hizo el día.

Desde luego las vistas de la ciudad desde allí bien merecieron la pateada.

QPDM4401 (1)

EFKD4534

DSC_0603

MZIG8855

 

IMG_0189

QLEN2063

NGUP7979 (1)

El parque de atracciones me reconcilió con el ocio infantil. Vintage. Sin temáticas ni merchandising. Cochecitos mondos y pelondos. Tío vivo, colchonetas, montaña rusa…

 

  • Día 5. Paseo en bici por la ciudad y Acuario.

El último de nuestros días completos en la ciudad, alquilamos bicicletas. Muy recomendable, ya que toda la ciudad dispone de carriles bici. Estuvimos casi dos horas de pedaleo.

 

DSC_0721

DSC_0711

Raúl, en su propia bici, aguantó como un campeón.

Por la tarde, visitamos el Acuario de San Sebastián, con el que tengo la misma sensación que en el Museo de la Ciencia. Más bien pequeñito, pero perfectamente organizado y cuidadosamente expuesto.

IMG_0111

IMG_0115

A la vuelta, como a la ida, volvimos a tomar aire en Madrid.

Y hasta aquí nuestra experiencia en la ciudad vasca. Reconozco que me resultó más bonita, incluso, de lo que la imaginaba y, por cierto, a todos nos cautivó su ambiente. Tiene una combinación de tradición y vanguardia que me parece asombrosamente equilibrada.

 

 

 

VACACIONES: Cómo preparar el equipaje con niños.

DSC_0712Vienen a mi recuerdo recortes de un ayer en que arrastraba secador, plancha del pelo, varios pares de tacones de aguja, productos capilares, protectores solares para cuerpo, rostro y cabello, el maletín del maquillaje, una profusa mochila de complementos y el equipamiento deportivo para mis vacaciones de soltera.

Por si me invitaban a un cocktail super cool, decía la revista ELLE que la indumentaria ideal era un little black dress y unas sandalias de tacón con unos pendientes dorados y un clutch de pedrería; por si me despertaba a las 6 am con ganas de correr a la orilla de la playa no me podía permitir no llevar calzado deportivo a juego con la gorra; para bajar a la playa no sólo no podía olvidarme la toalla, sino que eran enseres «sine qua non» el sombrero, las gafas de sol, el kaftán y un bonito bolso de rafia con un par de lecturas dentro.

En realidad mi maleta se llenaba cada año de esos propósitos y, al final de los finales, acababa mal llevando durante los siete días de playa el mismo vestido de mercadillo; de día y de noche.

En cualquier caso, cada verano repetía mi equipaje ilustrada por los consejos de las revistas de moda, como si fuera a veranear en la costa francesa o en un yate con amigos en Ibiza, huyendo de paparazzi, en vez de pasarme la semana en un apartamento caluroso de Águilas o San Juan de los Terreros…

Qué más da? Yo disfrutaba eligiendo los estilismos para el cocktail de media tarde, para la cena de gala; para el día de playa; para mis entrenamientos matinales; para la tarde de cine… Con la única consecuencia de que mi señor otrora novio y ahora esposo, refunfuñaba durante todo el viaje de ida y vuelta.

Todo eso se acabó.

DSC_0720DSC_0722DSC_0719

Les aseguro que meter en un AUDI A3 a dos adultos y dos niños con los equipajes de todos ellos para una estancia de 15 días con sus 500 noches 15 noches, es una de las cosas de las que más orgullosa me voy  a sentir durante el resto de mi vida.

No me vayan a restar los méritos. Es una proeza, una genialidad, obra de las cabezas más aventajadas; prueba de un ingenio apabullante, consecuencia de una organización perfecta, sin fisuras.

Gracias.

Pero no se queden con la envidia, les voy a desvelar los trucos y entresijos de tamaña heroicidad, y se lo los voy a poner así ordenaditos y esquematizados como una auténtica blogger.

De nada.

DSC_0728DSC_0732DSC_0733DSC_0741DSC_0746

Los pasos o hitos del proceso de equipaje son los siguientes:

  1. Preparar la lista con las cosas que hay que llevar
  2. Empaquetarlo todo y colocarlo en las maletas/bolsas
  3. cargar el coche.

Cada paso del proceso tiene su «Know How», no se vayan a pensar.

1.- HACER UNA LISTA:

Durante los días previos a empezar el equipaje me dedico a hacer una lista con las cosas que tendré que llevarme. Éstos son los aspectos que han de tenerse en cuenta en esta fase del proceso:

a) La LISTA COMO SANTO GRIAL.

La lista es el Santo Grial del equipaje; la lista es el todo.. . Es la fórmula de la Coca Cola, es el mapa del tesoro; es el pergamino, la llave maestra…Lo que está en la lista acaba en la maleta y lo que no está en la lista, bajo ningún concepto (y esto es una norma esencial para el éxito del proceso) PUEDE SER AÑADIDO AL EQUIPAJE.

Es muy importante que se comprenda bien este concepto y, bajo ninguna circunstancia se caiga en el «por si acaso» en el momento de estar ejecutando, propiamente dicha, la acción de hacer las maletas.

Todo el trabajo intelectual se acaba con la lista. Para confeccionar la lista uno se concentra mucho y valora absolutamente todos los «por si acaso»: Por si acaso llueve, por si acaso por la noche refresca, por si acaso en pleno mes de Agosto en la costa almeriense cae una nevada; por si acaso sucede una ecatombe nuclear en la Sierra del Segura… Todos. Y, tras descartar algunos y darse el gusto de asumir otros como posibles, casi probables,haciendo la vista gorda, se ultima la lista.

Si nos permitimos la licencia de caer en las hipótesis mientras hacemos el equipaje, añadiremos cosas presos del miedo, la ansiedad o directamente la neurosis que a algunos nos causa salir de vacaciones, especialmente con niños.

Es importante que a la hora de hacer la lista hayamos valorado bien aspectos como el pronóstico del tiempo, la duración de las vacaciones, las posibilidades de adquirir algunas necesidades en el destino, las excursiones que se proyectan hacer una vez en el lugar, posibilidades de lavar ropa…

DSC_0818DSC_0817DSC_0784

b) CLASIFICAR Y AGRUPAR:

Teniendo en cuenta que para unas vacaciones largas deben llevarse muchas cosas, sería muy complicado ponerse a anotarlas todas sin orden ni criterio y que no se olvidase algo. Es necesario clasificar y hacer grupos o apartados.

En mi caso, en primer lugar divido la lista en cuatro columnas en relación con los miembros de la familia (Raúl, Mi menda, Raúl Jr y Manuela) y clasifico los enseres a empaquetar en filas:

  • Ropa: Subclasificada, a su vez en: Ropa interior, ropa de dormir, de baño, diaria y de salir/vestir; zapatos y complementos .
  • Aseo y maquillaje.
  • Alimentación.
  • Medicinas y salud
  • Entretenimiento.
  • Trabajo.
  • Puericultura

DSC_0896

c) La lista es un SER VIVO.

La lista debe hacerse con tiempo. La lista tiene vida: Se adapta, crece, se mutila, se transforma… Es importante hacer la lista con varios días de antelación. Por un lado ello nos permitirá ir reflexionando sobre las decisiones que hemos plasmado en esa lista y, posiblemente, modificar alguna cosa o adaptarla a circunstancias, planes o hechos que surgen a última hora.

Por otra parte, hacer la lista con tiempo nos permite comprar aquéllo que necesitamos y no tenemos (por ejemplo, porque se nos ha acabado) o tener lo que queremos llevar preparado para ponerlo en la maleta (de manera que por ejemplo, reservamos cierta ropa de los niños sin utilizar para que no haya que lavar y planchar en los últimos días, o lavamos y planchamos lo necesario).

d) Hagan el siguiente ejercicio, SIEMPRE: Propónganse reducir su lista:

Como adelantaba, cuando se pretende viajar con dos niños pequeños y un coche también pequeño, se hace necesario valorar qué es realmente necesario e importante y qué es aquello de lo que se puede prescindir.

La confección de la lista debe estar inspirada no sólo por la coherencia y la razonabilidad sino también por el gran reto de tender a reducirla al máximo; por el propósito de sintetizarla, estrecharla, contenerla. Hay que darle una y otra vuelta a la lista y, en cada una de ellas, hay que deshacerse de algo. Les aseguro que la experiencia de volver de las vacaciones tras haber utilizado TODO lo que nos hemos llevado, sinn que nada se haya quedado en el fondo de la maleta, arrugado e intacto, es muy gratificante.

En este sentido yo siempre me deshago de las cosas que ocupan mucho espacio y puedo adquirir con relativa facilidad en el destino. Por ejemplo pañales (aunque siempre llevo algunos para el viaje y las primeras horas de asentamiento en el lugar), o trato de buscar alternativas a ciertas actuaciones o rutinas que requieren ir cargando de utensilios y enseres y que nos permiten prescindir de ellos. Por ejemplo, si en el destino tengo acceso a un fregadero amplio, no me llevo la bañera de Manuela (pese a que es la de Stokke que no pesa nada y ocupa poco), o me planteo la opción, si resulta viable, de llevar sólo el carricoche de Manuela y la mochila ergonómica; así si el leñador se cansa se puede montar en el carricoche mientras porteamos a Manuela.

Por supuesto si se puede lavar ropa, llevo «puestas» para la mitad de la duración de las vacaciones.

Cada día, al mirar la lista, siempre nos debemos plantear el mismo reto: Cómo podría reducirla? Al final, afloran las ideas!!

DSC_0760

2.- HACER EL EQUIPAJE.

En este punto del proceso de producción algunas pautas o consejos a tener en cuenta:

a) Ponerlo todo doblado y agrupado según su clasificación en la lista, fuera de las maletas y tomarse un minuto para visionar el equipaje completo: El volumen de cada una de las clasificaciones, su forma y las posibilidades a la hora de empaquetarlo.

b) Es mejor utilizar equipaje que nos permita organizar las cosas según su clasificación en distintos compartimentos.

c) Cuantos menos bultos mejor. Por esto insisto en el punto b. Es preferible llevar una maleta que tenga dos compartimentos diferenciados que nos permitan separar, por ejemplo, ropa de zapatos y un bolsillo donde meter medicinas, que varias bolsas con cada una de estas cosas.

d) Es importante empaquetar cada cosa atendiendo a los avatares que sufrirá en el viaje, protegiendo lo delicado, evitando que se derramen los tarros o jarabes..

e) Considero que es muy útil adquirir tarros de plástico pequeños para llenarlos con los geles y champús o demás fluidos que vayamos a llevar y que, generalmente, se dispensan en tarros de gran tamaño que ocupan muchísimo espacio.

d) También es conveniente olvidarse de cajas de zapatos, bolsos o complementos y meterlos, por ejemplo, en bolsas de zapatos o incluso de congelados para ahorrar espacio.

e) Las cosas deben introducirse en la maleta en un orden que os permita tener acceso fácil y rápido a aquéllo que podamos necesitar durante el viaje.

f) Un paso más allá del anterior: Siempre llevo una bolsa que viaja conmigo con lo imprescindible que voy a necesitar a lo largo del trayecto, sobre todo para los niños (ej. Una muda de ropa, chupetes (varios), agua, algo para picar y algunos juguetes.

d) Lo de los juguetes merece su propia mención. Siempre, siempre llevo juguetes para los viajes con los niños. Tanto para el trayecto como para que los tengan en el destino. Desde luego que pueden comprarse juguetes en el destino pero nosotros preferimos llevarlos de casa; en primer lugar porque tratamos de comprar juguetes con coherencia como política de empresa y, en segundo lugar, porque hemos percibido que llevar sus propias cosas de casa les hace sentir más seguros. Les gusta reconocer sus cosas y jugar con ellas; creo que les aporta cierta tranquilidad.

No deben seleccionarse muchos, pero sí deben seleccionarse los principales.

En mi caso, mi hijo presta atención a sus juguetes por épocas: Durante un tiempo se obsesiona con algo en particular y después no le hace ningún caso hasta que, más adelante, vuelve a ese juguete…

Cada vez que salimos a algún lugar (incluso si vamos a comer o a dar un paseo) le preguntamos si quiere llevar juguetes y le damos la opción de llenar una mochila con los que quiere llevar; generalmente sucede que el Leñador elige el HIT (como yo lo llamo),que es el juguete del momento; el de siempre: Que es ese juguete que siempre les gusta,  con el que siempre juega y se entretiene. En nuestro caso, por ejemplo, la guitarra o el coche pequeño naranja.

Para las vacaciones, evitando que se de cuenta yo me llevo la sorpresa. Selecciono un juguete que hace tiempo que tiene olvidado; que en alguna época le gustó mucho y al que lleva un largo periodo sin prestar atención. He comprobado que redescubrirlo en un lugar distinto les hace mucha ilusión.

Por último siempre llevo un par de cuentos.

DSC_0872DSC_0854

3.- EL TETRIS DE METERLO EN EL COCHE.

Evidentemente esta parte del proceso es válida si viajan en coche. De todos modos he ideado su enunciación sólo y exclusivamente para trasladarles que para mí estas vacaciones ha sido un misterio más inquietante aún que la Transfiguración, que mi marido haya logrado empaquetar el equipaje en el coche y que, además, tuviéramos cierta comodidad en el interior.

Desde aquí lo animo que nos ilustre con su infinita e inestimable sabiduría…

Como la entada me ha quedado bastante tostón, no voy a abordar, en particular, qué meto yo en nuestras maletas… y lo dejaré, si hay interés de su parte, para otra entrada.

PD.- Las fotos, por supuesto, son de nuestras vacaciones. Concretamente de la `primera parte… En ulteriores entradas, publicaré otras fotos…

DSC_0987DSC_1004DSC_0939

 

 

El mundo es de los que se reponen

Hace exactamente un mes y medio esta entrada se hubiese titulado «El mundo es de los valientes». Llevaba semanas pensándola, construyéndola en mi mente sobre la base de dos o tres circunstancias que confluían en ese momento en mi entonces  presente. Bueno, en el nuestro. En el de nuestra familia y nuestra casa.

Básicamente me había embriagado del sueño americano; había hecho mía la filosofía de «En busca de la felicidad» y me creía Will Smith correteando por el barrio financiero de Nueva York, pero en las calles del pueblo.

Teníamos un par de proyectos. Un par de proyectos buenos. De esos que te hacen soñar, que te llenan de ilusión y te colocan la imaginación en lugares lejanos pero que acaricias con los dedos a base de de compartir cervezas evocándolos.

Hubiera sido una entrada de mucho «lucha por lo que quieres, si lo quieres de verdad lo conseguirás, sólo tienes que proponértelo, no renuncies, no te rindas…» En definitiva, hubiera sido una entrada cargadita de pamplinas. Porque la verdad, todo esto son pamplinas.

Nunca me he tragado el bulo que nos vendía operación triunfo. Yo también me preguntaba, como Bardem en la entrañable «Los Lunes al sol», por qué el cuento no explica que unos nacen irremediablemente cigarras y otros hormigas, pero a ver, uno empieza con el jarro de leche en la cabeza, y se viene muy arriba… Qué le vamos a hacer?

Tan poco costó construir esas ilusiones, como que se derramara el jarro de leche.

No se vayan a pensar Ustedes de todas formas, que esta es una reflexión que nace de la derrota y el sin sabor… Ni que los sueños de los que les hablo eran proyectos integrales de vida… No hace falta todo eso para que uno saque pragmáticas conclusiones.

En realidad los proyectos que revoloteaban por nuestro techo, dando aire a la casa y alas a la cabeza, eran planes sencillos de los de familias medias normales que tienen que ver con el trabajo, la vivienda, la vida familiar o la operación bikini… (incluso eso); y tampoco es que les esté hablando desde la gruta solitaria del fracaso… Ni mucho menos.

En realidad les hablo desde una paz más reconfortante, incluso, que el alboroto de la ensoñación… Y les hablo desde allí para contarles que creo sinceramente que a veces las cosas salen y otras veces no; que muchas veces objetivos que han ocupado tu tiempo y tu esfuerzo se quedan sin alcanzar; que a veces los proyectos se realizan pero de forma distinta o en tiempos distintos… Y que c´est la Vie!  y no pasa nada, porque los que de verdad se comen el mundo, son los que se vuelven a casa y abren unas cervezas. Ésos que saben tratar con la vida porque son conscientes de que tiene las de ganar….

Los que se reponen y vuelven a soñar y quizás vuelven a fracasar, y otra vez triunfan. De esto mi padre sabía bastante.

Les dejo con unas fotos de un reciente viaje que hemos hecho a Barcelona con mi hermana y su pareja, y que, sinceramente, ha sido un Oasis. Mucha diversión, mucho entusiasmo por ver a los peques sorprendiéndose y mucho más lejos de la operación bikini, porque nos hemos puesto como el tato… A que sí, hermana??

Mis hijos se han portado genial; Barcelona tiene poder; y, además, el hecho de que el viaje tuviera, en parte, cometidos profesionales, no ha supuesto problema. Antes bien al contrario.

DSC_0070

DSC_0090

DSC_0119

DSC_0122

DSC_0130

DSC_0301

DSC_0304

DSC_0151

DSC_0192

DSC_0242

DSC_0243

DSC_0278

DSC_0288

DSC_0309

DSC_0342

DSC_0371

DSC_0379

DSC_0393DSC_0425.JPG

DSC_0490.JPG

DSC_0441.JPG

 

PD.- Tengo como 6 ó 7 post a medio escribir sobre cuestiones varias… En concreto alguno trata desde el punto de vista jurídico las rupturas matrimoniales y la posición de los menores (esto es bastante serio y escabroso, la verdad); otros tienen más que ver con maternidad o hijos; como por ejemplo cómo me las apaño cuando salimos de viaje, qué echamos en la maleta para reducir la carga; cómo organizamos las comidas… Algunos tienen que ver con conciliación e igualdad, para variar y por ahí empecé a escribir otros sobre infancia; en el sentido de los juegos, cuentos, o utensilios que más gustan a mis hijos… La verdad es que últimamente ando bastante escasa de tiempo para sentarme a escribir así que por aquí les invito a que me manifiesten sus preferencias…. Muchas gracias

LAS VENTAJAS DE CASARSE CON UN MÚSICO

Hace unos días me preguntaba el de los 70´si me había parado a pensar en qué balance hago de las consecuencias que implica que él sea músico.

Se refería, básicamente, a que su trabajo le obliga a ausentarse en muchas ocasiones en días  y horarios no laborales para gran parte de los mortales.

Ya saben lo mucho que me quejo de esa incompatibilidad de horarios que sufre mi familia, pero lo cierto es que estar casada con un artista también encierra sus ventajas. Una de ellas es que muchas veces tiene que viajar por razones de trabajo, y si Júpiter se alinea con Saturno, toda la familia podemos acompañarle.

Eso pasó hace unas semanas. El de los 70´participaba con la Orquesta Sinfónica de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) en un concierto junto a Estrella Morente en que representaban El Amor Brujo de Manuel de Falla. Como era fin de semana  y además, coincidía con días festivos en Caravaca, decidimos que hacíamos las maletas y nos íbamos todos. Pero todos, todos, porque mi cuñado y mi hermana se apuntan a un bombardeo (y nosotros encantados) y a mi madre la cuasi obligamos y sorprendimos. No se me ocurría mejor regalo para el día de la madre que invitarla a pasar esos días con nosotros.

El tiempo acompañó y disfrutamos de un fin de semana súper divertido y relajante.

IMG_2527.JPG

IMG_2321

DSC_0731

DSC_0793

DSC_0767

DSC_0778

DSC_0782

Esto de los viajes en familia ha sido un descubrimiento para mí.

Viajar con niños es una oportunidad fascinante para educarlos.

DSC_0327

 

DSC_0348

IMG_2310

DSC_0836

DSC_0824

Educar me parece hoy en día, el proyecto o empresa más complicado al que me he enfrentado en la vida. Es muy difícil. Es un trabajo constante que ocupa todos los minutos del día, todos los días de la semana, todas las semanas del mes y todos los meses del año. Es un trabajo delicado en el que se avanza y se retrocede continuamente; en el que tienes que reinventarte; olvidar lo que habías aprendido; adaptarte una y mil veces; ser exigente con tus objetivos, relajada con tus exigencias y condescendiente con tus errores…

Cada situación cotidiana, por nimia que sea es una fuente de educación, para bien y para mal.

En todo este embrollo, viajar con los niños me parece una herramienta muy útil y sana para trabajar en la educación que queremos para nuestros hijos. Viajando los niños conocen el mundo y sus gentes: Empezando con el hecho de que carguen con sus propias maletas, se hagan responsables de lo suyo, esperen en la recepción de un hotel, pidan los servicios por favor, esperen su turno en el baño, vean cómo de contenta se pone su madre ante un plato de arroz de marisco; jueguen con la arena de la playa, descubran que juntos se pueden hacer muchas cosas, se lancen a preguntar por todo; cojan un autobús, un taxi, un tren; visiten un museo que le gusta a papá.

Viajando los niños tienen la oportunidad de disfrutar de la naturaleza y aprender a cuidarla; de considerar hábitos distintos y aprender a ser críticos y respetuosos.

IMG_2399

IMG_2388

IMG_2373

IMG_2318

DSC_1040

DSC_1024

Creo que viajando la familia se conoce en su individualidad. Mi hijo puede ver que a mamá le gusta el mar y que la relaja; o que a papá le encanta recorrer la ciudad en bicicleta.

Creo que viajando con los hijos, éstos perciben cuánto se les quiere; porque les enseñas, porque te congratulas de su diversión.

Creo que viajar en familia ayuda a fortalecer los lazos..

DSC_0443

DSC_0444

DSC_0371

Supongo que todo esto también se puede aprender sin viajar, pero viajando se hace menos duro y más divertido. Creo que regalar a los niños experiencias es muy positivo para desarrollar su curiosidad.

DSC_0402

DSC_0400

DSC_0766

Desde luego que viajar con niños tiene sus inconvenientes y que viajar resulta caro, pero imagino que se trata de analizar ventajas e inconvenientes y establecer prioridades.

En nuestro caso, para enfrentar lo primero las sabias palabras del de los 70´que ya han resonado por aquí alguna vez: Puede que sea devastador para el cuerpo pero es regenerador para la cabeza; y para lo segundo: Quizás no podamos cambiar el coche y sigamos teniendo que tirar de transporte público en los viajes; quizás tenga que pasar con el par de pantalones que tengo o renunciar a comprar una lavadora nueva..

IMG_2406DSC_0901

DSC_0839

(Aciertan dónde está el de los 70´?)

En cualquier caso, no se trata de hacer un viaje de 80 días alrededor del mundo… Creo que es suficiente con una escapadita de vez en cuando; y cuando el presupuesto y las circunstancias lo permitan, planear algo mayor!

Mi niño es un maleducado.

El otro día despertó mi interés un artículo que alguien compartió en facebook del diario «El Periódico» a propósito de la tolerancia social hacia las familias con hijos.

En él, un padre de familia relataba una experiencia desafortunada mientras viajaba en el tren con sus hijos, ante la desaprobación por parte de algunos de los demás viajeros, de su presencia misma.

Lo más interesante para mí fue el debate que se creó, al pie del artículo,a través de los comentarios de los lectores.

Simplificando hasta el absurdo, había quiénes estaban a favor del padre indignado; otros comprendían perfectamente el rechazo que para los otros viajeros, provocaba la familia con dos niños pequeños y, otros, y aquí la muestra de población que puso en jaque mi razonamiento, opinaban que por supuesto que se debía tolerar la presencia de niños pero siempre y cuando fueran niños bien educados…

DSC_0021

Atendiendo a los ejemplos que muchos de los implicados en el debate utilizaban para justificar su empatía hacia los viajeros que mostraron abiertamente su rechazo hacia los infantes, MI HIJO ES UN ABSOLUTO MALEDUCADO.

Sí, sí; tantos desvelos, tanto empeño, tanto tiempo invertido en intentar educarlo para que, al final, me haya salido un pequeño monstruo indigno de viajar en tren, en autobús, en avión; de ir a un restaurante o a una cafetería… Y lo peor de todo es que todo eso ha pasado sin que yo me hubiese enterado.

DSC_0031

Yo, que respiraba aliviada en la idea de que tan mal no se nos estaba dando la cosa al de los 70´y a mí cuando el leñador, a sus tiernos dos años, casi siempre pide las cosas por favor, acostumbra a decir gracias y hasta está aprendiendo a pedir disculpas; yo, que me derretía de ternura porque mi hijo se interesaba por dar la mano a mi abuela de 92 años cuando vamos por la calle o, en el parque, termina dejando su bici a todos los niños… Resulta que era totalmente inconsciente de que estaba creado un monstruo..

DSC_0180

Un pequeño monstruo, sí, porque mi hijo, cuando vamos a un restaurante, después de alrededor de hora y cuarto u hora y media sentado en la trona, se baja al suelo y juega a las carreras con los coches alrededor de nuestra mesa; un completo trasto que echa limón y patatas fritas en su vaso de agua y lo revuelve todo; un esperpento que ríe a carcajadas sonoras; que se arrodilla y se mancha y que rompe los manteles de papel.

Cómo no me había dado cuenta de lo peligroso y molesto que resulta mi hijo cuando en el tren pregunta millones de veces dónde está el maquinista; o se empeña en  apoyar la cabeza en los cristales. Cómo no había caído en la cuenta de que es un completo terrorista que canta «La araña insi winsi» a plena voz o se quita los zapatos. Cómo no he sido consciente hasta ahora de que mi hijo no muestra respeto alguno hacia la sociedad, porque me pide que le lea un cuento o da vueltas sobre sí mismo.

DSC_0056

Aunque…. Esperen un momento… ¿ No se trataba de tolerar a los niños? Quiero decir, ¿A los niños normales; a los de toda la vida…?

Vamos a ver, personas adultas que no soportáis a los niños maleducados como el mío: ¿Qué diferenciaría a un niño  bien educado cuya presencia sí resulta tolerable en restaurantes y transportes públicos, de un adulto como vosotros? Si estamos hablando de niños bien educados, que no se levantan de su asiento en tres horas de viaje; que comen sin mancharse y que no despegan el pico; que se ponen la mano para toser o estornudar y hasta ceden el paso a las señoras, entonces, amigos, ¿!!cómo no los ibais a tolerar??!! De la misma forma en que se os tolera a vosotros…

Pero así no son los niños. No al menos los sanos; los que son felices. Los niños de dos años, normales y felices, no suelen estar más de dos horas sentados sin moverse, porque necesitan moverse y liberar adrenalina; no  pueden estar callados, porque tienen la necesidad de comunicarse, de preguntar; quieren saberlo todo.. Vaya manía más estúpida!; Quieren tocar el agua y chafar las patatas fritas porque están conociendo el mundo… Menudo despropósito!; cantan, porque así expresan su alegría… Qué estupidez!..

DSC_0164

Así que sí, los niños en ocasiones revientan la comodidad del silencio y la tranquilidad abosolutas; coincidir con niños en un restaurante implica  que no vas a sentir que cenas a solas con tu pareja…Pero, queridos y queridas, ¿no vivimos en sociedad? ¿no implica esta realidad soportar situaciones no siempre deseables?… A mi, a veces tampoco me apetece escuchar a los de la mesa de la comida de trabajo reírse a carcajadas contando chistes machistas cuando voy con mi familia… Pero a nadie se le ocurre pensar que a los machistas debería prohibírseles ir a restaurantes.. ¿Por qué, entonces, sí nos planteamos que los niños no deberían viajar en tren?.

DSC_0170

Y, aunque a algunos no les interese, las contrapartidas que nos ofrecen los niños, creánme, son mucho más interesantes que las que suelen ofrecer los machistas…

En definitiva: Quiero que mi hijo sea un niño bien educado y por eso me esforzaré en seguir enseñándole a pedir las cosas por favor, a no insultar ni increpar a los demás, a dar las gracias; a pedir disculpas… Pero seguiré dejando que mi hijo se baje al suelo en los restaurantes, cante y baile cuando oye música y me pregunte cuarenta y cinco veces dónde está el maquinista…

DSC_0155DSC_0073

DSC_0046DSC_0045

Las fotos son un poco de aquí y de allá…

 

 

Vacaciones 2015 

A mi el síndrome post vacacional me sorprende a mediados de Septiembre; justo después de que los días de mar y ociosidad parezcan quedar lejos, y antes de que se perciban cercanas las Fiestas Navideñas.

Aprovecho por eso ahora, que con el subidón de la vuelta a los días ordenados, aún no he entrado en la desesperación de la cuenta atrás, para hacer un repaso por nuestras vacaciones.

Por otro lado, saboreando aún la victoria de haber superado el reto con un terremoto de año y medio, y por si para alguien fuera de utilidad, voy a permitirme contarles los recursos o fórmulas que han hecho que funcione.

Supongo que las madres múltiples estarán pensando que pobre diabla de mí… No tengo ni idea de lo que son unas vacaciones con niños… Y en el inmenso respeto y absoluta admiración que les proceso… Les contestaré: No!!! Esa es la verdad!! Por eso les ruego, háganme partícipe de sus infinitas sabidurías…

Agradecería mucho cualquier comentario con trucos que pueda poner en marcha cuando llegue la pequeña.
Dicho ésto comenzaré con el primer destino de nuestras vacaciones y con el primer truco.

Pasamos unos días en la casa de la playa de un familiar, con gran parte de la familia. El secreto del éxito aquí, es más que efectivo y realmente cómodo: Familia!!!

Todos se rifaban estar con el peque así que yo pude trabajar (así de autónoma pringada es una) y hasta dormirme un par de siestas.

Todo el mundo sabe que las vacaciones en familia implican poco espacio, mucho ruido pero comidas estupendas y montones de risas.
IMG_3308
IMG_3409 IMG_3419

Después de esos días estupendos en los que podía fingir por ratos que el Leñador no me tocaba nada, nos quedábamos, marido y yo, solos ante el peligro, y poníamos rumbo a Benalmádena.

La primera empresa que se nos planteaba era un viaje en coche de 3 horas y media; con sus 210 minutos y sus más de 5.000 segundos con un niño que detesta cualquier restricción de su movilidad que se prolongue por más de unos 10 segundos.

Como lo cierto es que siempre andamos de aquí para allá, a lo de los viajes en coche le vamos cogiendo el truco…

Cuando vamos a hacer un viaje más o menos largo (de más de una hora) tratamos de hacerlo coincidir con horas en las que Raúl tiene sueño para que duerma durante el trayecto. Como nuestro hijo no suele dormir más de 1:30 o 2 horas en el mejor de los casos, si el viaje es más largo (como sucedía en esta ocasión) el resto del tiempo en el que está despierto, conseguimos tenerlo entretenido con el «veo, veo», los túneles y los puentes de las carreteras y los cuentos ñoños que me invento con las palabras nuevas que Raúl va aprendiendo y que captan su atención… (Algún día les hablaré de esos cuentos que voy inventando).

Cuando el viaje no es tan lago y pretendemos que el Leñador permanezca despierto; nos aseguramos de que esté bien descansado y a los recursos de los cuentos, el «veo veo» y los túneles, añadimos algunas galletas o un zumo.

Desde luego como con los niños no hay reglas escrita y su estado de ánimo se hace depender de tantos factores, no siempre nos sale igual y en algunos viajes nos toca aguantar que llore, y mucho.

IMG_5874

Superado el drama del viaje; en lo que a la estancia respecta, estoy empezando a confirmar lo que, desde que el Leñador nació, ha sido una intuición: Para aprovechar el tiempo cuando tienes hijos y evitar pasar el día luchando, la clave está en la ORGANIZACIÓN.

Sí, Señores  y Señoras, deben organizarse; establecer ciertas reglas y pautas generales o esquemáticas. Ésto, por supuesto, debe ser el punto de partida, porque la contrapartida a las ventajas de la organización, está en la necesidad de ser FLEXIBLE.

Parece contradictorio, pero no lo es en absoluto. Creo que la vida con hijos se hace mucho más cómoda con una buena organización; si bien esa organización no debe estar constituida de reglas fijas e inamovibles porque, generalmente, no se cumplirán en los términos previstos, lo que podría generar frustraciones. Por el contrario, se trata de planificar una hoja de ruta que incluya horarios con margen de error de al menos una hora por exceso y por defecto; objetivos y prioridades.

Siguiendo este mantra, la semana antes de nuestro viaje planeé las rutas y excursiones que queríamos hacer así como los menús de comida y cena para toda la semana.

IMG_5660

Nos alojamos en un apartamento. La verdad es que me parece que una casa particular ofrece más intimidad y mayor flexibilidad que un hotel; y generalmente intentamos que la vivienda disponga de algún servicio que resulte atractivo para el peque (piscina, jardín…). En este caso tenía una terraza muy grande en la que Raúl pudo correr y jugar y en la que colocamos una piscina hinchable.

Lo primero que hicimos al llegar fue ir a hacer la compra, a la vista de los menús que habíamos organizado.

A nosotros nos parece una buena idea para viajar con el peque tener tiempo para estar en casa y permitirle mantener, en alguna medida, sus rutinas; y pensamos que un buen momento para esa paz y descanso es el de las comidas; de modo que solíamos desayunar en casa antes de embarcarnos en una excursión y volver hacia medio día. Después de comer descansar durante algún rato y salir nuevamente hasta la hora de la cena.

En esta ocasión, durante la mañana acometíamos los planes que exigían menor movilidad geográfica (como ir a la playa o a lugares de interés cercanos), y por las tardes cogíamos el coche o el transporte público para ver otros pueblos o ciudades.

Como he dicho antes, estas reglas no deben ser demasiado estrictas y nosotros aprovechábamos momentos en los que el leñador parecía contento y no estaba cansado para quedarnos a comer o a cenar algo en los lugares que visitábamos.

IMG_5877 IMG_5885 IMG_5918

El destino que escogimos ofrecía, además, muchas posibilidades para los niños. Pudimos visitar un delfinario; un acuario, zoologico, parques varios, un parque de atracciones…

IMG_5932 IMG_5956 IMG_5976

IMG_3445

También pudimos volar la cometa!

IMG_3475 IMG_3477
IMG_3544 IMG_3560

Mientras todos miraban el espectáculo de delfines, el leñador bailaba…

IMG_3573 IMG_3575 IMG_3583 IMG_3589 IMG_3615 IMG_3636 IMG_3656

Me siento pletórica pudiendo proclamar que al final todo salió estupendamente. Los tres lo pasamos genial… Los animalejos y las atracciones entusiasmaron a Raúl (padre) y también al Leñador que, por lo demás, mantuvo en cierta medida sus rutinas, lo que también nos permitía a nosotros descansar. Además, afortunadamente, solía dormir bastante bien por la noche… Me temo que porque lo fundíamos literalmente.

Definitivamente, las vacaciones con niños son muy distintas a las que se disfrutan cuando se va sin ellos, pero a mi me han gustado tanto que estoy deseando repetir la experiencia!!

LA DOLCE VITA II ( !VIVA EL VINO!!)

Como decía Elvis: Viva el vino, viva el dinero y viva el amor…

Casi se me pasan las vacaciones sin terminar de contarles nuestro idílica estancia en tierra Toscana.

En Julio a todos los Juzgados les da por notificar emplazamientos y señalar vistas, y una servidora arranca un sprint sin precedentes con el único y noble objetivo de tener un Agosto relativamente tranquilo.

Todo lo tranquilo que me deje mi preñez que, a juzgar por el volumen de mi barriga, parece estar en su ecuador cuando aún no hemos abandonado el tedio del primer trimestre. Ya les contaré sobre eso cuando ya no me queden recuerdos maravillosos con los que engañar el hastío.

Como no quiero cansarles en exceso con palabrería, y tampoco tengo la capacidad descriptiva de Homero, dejaré que sean las imágenes las que les lleven por los campos y paisajes, por viñedos y cantinas, por ciudades y catedrales, y les hagan suspirar, envidiar o soñar, según gusten.

He comenzado la entrada alabando al fruto de la vid porque  beber vino (buen vino) fue una de las cosas que más hicimos en nuestras vacaciones toscanas.

IMG_1236

IMG_1271

IMG_1288

Con ánimo de que encuentren en estas línea alguna utilidad, les cuento a continuación las cantinas que decidimos visitar y los vinos que seleccionamos para degustar y comprar, aconsejados por gente autóctona.

Aunque en el mundo entero quizás la denominación de origen más conocida de esta región sea la de Chianti Clásico, los oriundos parecen no tenerla en demasiada estima, y siempre que preguntábamos nos aconsejaban otras denominaciones menos promocionadas pero muy exclusivas y cuidadas. Me estoy refiriendo, en concreto, a la denominación Brunelo di Montalcino y Nobile de Montepulciano, ambos de la provincia de Siena.

En Montepulciano visitamos la cantina POLIZIANO, en la que probamos (y compramos) uno de los vinos de su más aclamada selección: ASINONE.

También estuvimos en la CANTINA GATTAVECHI; una cantina familiar situada en el centro mismo de la población de MONTEPULCIANO en la que disfrutamos de un aperitivo a base de quesos y embutidos y una degustación de vinos realmente deliciosos.

Otra cantina interesante es la de Redi, que también está en el centro de la población.

Creo que una de las cosas más maravillosas de esta ruta vinícola que nos montamos el de los 70´y yo durante tres días completos de nuestra estancia, fue descubrir los paisajes de esta zona de la Toscana… Algunos dicen que se ha convertido en el Saint Tropez italiano; con un turismo de lujo y selecto, poco explotada y masificada… Lo cierto es que los paisajes que se divisan desde la ventanilla del coche por carreteras secundarias y casi desiertas, son pura ensoñación:

IMG_1025

IMG_0992

IMG_1061

No podíamos evitar parar cada 50 metros, salir del coche y respirar el horizonte verde…

IMG_1032

IMG_1019

La misma belleza mostraban los pueblos, con sus calles de piedra y sus casas vestidas de flores.

En cuanto a la denominación Brunello di Montalcino, es una denominación muy pequeña y exclusiva, hay muy pocas bodegas y los cultivos son viñedos familiares  muy tradicionales.

En esta zona, visitamos dos bodegas:

En primer lugar la cantina de Barbi; situada en un paraje espectacular, en la que aprovechamos para comer en su fantástico restaurante una pasta con carne de caza que nos cautivó.

Si están pensando en ir y se preguntan qué vinos pedir, les recomiendo las añadas de 2004, 2006 y, sobre todo 2007.

IMG_1241

IMG_1242

Para despedirnos y con la vehemente recomendación de nuestro anfitrión el Sr. Tadeschi, visitamos una bodega mucho más pequeña y cuya producción es una auténtica maravilla; San Polino. Son vinos ecológicos realmente diseñados más que fabricados o producidos.

Al llegar nos atendió uno de los hermanos propietarios de los viñedos y bodagas y, además de explicarnos con mucho detalle y amabilidad todo el proceso, desde la recogida de la uva hasta el embotellamiento del vino, nos  invitó a una degustación en la parte trasera de la casa/cantina, en un lugar bucólico, con vistas espectaculares, rodeados de silencio campestre amenizado por los cantos de los pájaros y los zumbidos de los insectos. Tres botellas de vino y una conversación chapurreada en tres idiomas divertida y reveladora. No se puede pedir más a la vida, no?

Las imágenes a continuación son de la cantina.. El pañuelo que luzco a todas horas en la boca era mi remedio casero a un ataque de alergia que casi me cuesta la asfixia esa misma noche (pero esa historia, da para otra entrada).

IMG_1253IMG_1249IMG_1245

Después de tan agradable experiencia, y con la relajación que te aseguran cuatro buenas copas de vino, o para mejor decir, cuatro copas de buen vino, nos fuimos a visitar la Abadía de St Ántimo; un complejo monástico en el que siempre pienso cuando mi leñador coge alguna rabieta y mi mente quiere volar a lugares serenos y perfumados de paz.

Es un remanso, un lugar casi celestial en el que reina un silencio dulce y cómodo. Quedé prendada  de la forma en que la Abadía se dejaba acariciar por la luz primaveral del sol y se hace inmensa rodeada de un valle superlativamente verde.

IMG_1066

Casi me quedo allí, entregada a la vida monástica cuando al entrar descubro una celebración en la que unos 50 monjes vestidos de lino blanco cantaban cantos gregorianos… A punto estuve…

IMG_1082

Al final nos acordamos del vino y nos despedimos mucho más relajados que si hubiéramos pasado por cualquier SPA de la Costa Blanca.

Después de este paseo por las nubes, finalizamos el viaje con dos clásicos italianos: Florencia y Venecia.

En realidad Florencia fue una visita intercalada entre la ruta vinícola; aunque por sistematizar la he colocado al final.

De Florencia seguro que todos saben mucho, así que poco les voy a contar; solamente que es quizás la ciudad que más me ha impresionado en mi exigua vida viajera y que me fascina porque no puedo ser más fan del Renacimiento.

IMG_1155

IMG_1111IMG_1157

Adoro el Hospital de los Inocentes; simetría, clasicismo…

IMG_1165

IMG_1162

IMG_1184

IMG_1143

IMG_1200

IMG_1212

IMG_1211

IMG_1221IMG_1215

Los jardines del Palacio Pitti son, además, perfectos para hacer un poco el ganso…

Y pongo fin a este nostálgico viaje del recuerdo en una ciudad que hay que visitar al menos una vez en la vida; porque no echa peste ni está sucia… Es simplemente fantástica; es romántica y asombrosa, desconcertante, a veces, mentirosa, arrebatadora y un poco canalla… Es Venecia.

IMG_1343

IMG_1338IMG_1342IMG_1400

IMG_1335

IMG_1353IMG_1488

Y hasta aquí el paseo. No se Ustedes pero yo estoy por cancelar el apartamento en la Playa, cuarto sin ascensor y pillarme un vuelo para Italia…

De cualquier manera, volviendo a Elvis, todo viaje es maravilloso si se hace en una compañía adecuada… VIVA EL AMOR, CLARO QUE SÍ!! Y viva el dinero también, cuando se le coloca en su lugar, en tanto en cuanto nos permite estas experiencias.. Afortunados somos de haberlas vivido.

IMG_1208

LA DOLCE VITA

Desde hace ya unos días, con los 35º a la sombra de nuestra Murcia querida, las prisas que le entran a todo el mundo cuando Junio avanza inexorable y la declaración de la renta aún por hacer, sólo puedo pensar en algo; en una sola cosa… Exacto: Vacaciones… Tal como te las imaginas antes de que acontezcan (que luego todos sabemos que no son para tanto cuando pasas de los 26 años); con la playa de La Manga del Mar Menor convertida en mar del Pacífico; con las cervezas del chiringuito, piel quemada con piel sudada con el hombre de la camisa abierta, como si fueran cocktails de coco o mango, con noches en camas queen size y sábanas blanquísimas, que luego resultan ser un colchón en el suelo y pinzas sujetando las cortinas para que no entre la luz a las jodidas seis de la mañana…

Ayyy!! Sean como fueren, vacaciones al fin y al cabo. En las que sólo miras el móvil un poquito para echarte selfies y para poner un buen filtro a los calamares a la plancha que te vas a jalar; en las que comes sin complejos y sin culpabilidad y puedes tardar dos horas y media en desayunar…

No hace falta que diga que desde que uno tiene hijos las vacaciones son otra cosa; ni mejor ni peor… Otra cosa (vamos que se parecen poco a vacaciones).

Seamos honestos: Por lo que a adultos estrictamente respecta, claro que son peores, lo que pasa es que los padres tenemos esa ridícula manía de disfrutar con el gozo de nuestros hijos; aunque nos arrastremos empapados en sudor los 15 minutos que nos separan de la playa, tirando del carricoche en una mano, del cubo con las palas en la otra, y con el hijo colgado del cuello…

Pero hoy, hoy queridos y queridas, me voy de vacaciones  junto al de los 70´. En un viaje del recuerdo que me lleva a 2012, y me lleva a Roma y a la Toscana…

Poco voy a decir de Roma que Ustedes ya no sepan… Que es una ciudad increíble; majestuosa y narrativa… Es una gozada experimentar la historia a través de sus calles y sus monumentos y que, de repente, cobren vida los libros que estudiábamos en el Instituto.

IMG_0548 IMG_0591 IMG_0647 IMG_0669 IMG_0648 IMG_0654 IMG_0722

Además, Roma estará en mi corazón eternamente vinculada a mi padre que la visitó casi una decena de veces y que siempre le supieron a poco. En algunos de esos viajes le acompañé. Recuerdo uno especialmente en el que a mis 21 años compartimos los tres habitación. Llovía a cántaros en Ciudad del Vaticano; mi madre, mi padre y yo nos cubrimos con chubasqueros fosforitos y con toda la pinta de teletubbies, ni un solo taxi quiso parar a recogernos.

Como de Roma todo está dicho, escrito y filmado, me limitaré a  recordarles que uno de los paseos con más encanto es el del Barrio del Trastevere en el que me comí los mejores spaguetti carbonara que haya probado jamás!

Tras unos pocos días en Roma, pusimos rumbo a la Toscana. Nos alojamos en una casa encantadora en FOIANO DE LA CHIANA, un municipio de la provincia de Arezzo con menos de 9.000 habitantes y con unos de los Carnavales italianos más antiguos y reconocidos.

IMAG0689 IMAG0685 IMAG0684

Encontramos el alojamiento a través de esta página web. Nuestros anfitriones eran una familia muy amable y hospitalaria. El padre es agente inmobiliario de propiedades de lujo en La Toscana y nos dio muchos consejos sobre dónde ir, qué comer o qué comprar.

Empezamos nuestro recorrido en CORTONA, donde les puedo aconsejar visitar el Museo Diocesano para contemplar La Anunciación de Beato Angélico, y el Duomo.

De allí nos fuimos a comer a un lugar  que nos descubrió nuestro anfitrión y que no puedo más que recomendarles a todos Ustedes: LA TORAIA (No, desde luego, si por cualesquiera razones no comen carne).

La Toraia es un rancho-establo reconvertido en restaurante en el que sirven una carne de chianina deliciosa, tienen una amplia selección de vinos y un ambiente relajado y tranquilo. Allí nos comimos un Bistecca alla Fiorentina que aún puedo saborear si cierro los ojos… (Oh Gosh es la una de medio día y estoy embarazada… Soy capaz de mandar al de los 70´a la vieja Italia a por uno de ésos…)

IMG_0817 IMG_0825 IMG_0821

Como ven, de los pastos a la mesa.

Por la tarde paseamos por AREZZO, el pueblo que todos recordarán de la entrañable película La Vida Es Bella de Roberto Benigni y en el que resulta visita obligada La Basílica de San Francisco donde se pueden ver los frescos «Leyenda de la Cruz» de Piero de la Francesca.

IMG_0873 IMG_0851 IMG_0857 IMG_0860

Y una curiosidad que me fue ilustrada por mi querido esposo: Allí nació Guido de Arezzo, un Señor muy importante en la historia de la música porque creó el tetragrama (precursor del pentagrama y de la escala diatónica).

El segundo día, después de desayunar viajamos hasta San Gimignano, un lugar bastante turístico aunque bien justificado. Es un pueblo medieval y amurallado que se asienta sobre colinas toscanas. La verdad es que si no hubiera sido por los cientos de turistas que pululaban por sus calles de piedra, habría sido como viajar al medievo.

Además, tienen «la mejor heladería del mundo»; y, como mostrarán las imágenes a continuación, doy fe de que los helados están de escándalo:

IMG_0890 IMG_0898 IMG_0897 IMG_0902 IMG_0906No se crean que no me da vergüenza poner tremendo fotograma, pero me parece la mejor forma de hacerles salivar con los helados artesanos…

Finalizamos el día sin apearnos del Medievo en otro pueblo amurallado; MONTERRIGGIONI, en la provincia de Siena. Para mí, una visita altamente recomendable. Sin grandes lugares de interés pero con un encanto especial. Ajeno al mundo que queda fuera de sus siete altísimas torres, parece que Monterriggioni ha resistido al paso del tiempo y de la globalización. Vamos, que a una le entran ganas de enfundarse un vestido de época y una malla en el pelo, y sentarse junto a la fuente a esperar a los vasallos que retornan de los feudos.

IMG_0959 IMG_0951 IMG_0941

Al acecho del libro antiguo…

IMG_0937

Y como no quiero pecar de pesada ni de detestable (ya se que a finales de Junio hablarles de idílicas vacaciones me puede valer sus más profundos odios) hasta aquí mis vacaciones del recuerdo. Pero como aún me quedan sitios espectaculares a los que teletransportarme, les advierto que….

…. TO BE CONTINUED…

NUEVE FORMAS POSIBLES DE PASAR UN ANIVERSARIO: I

Les voy a contar una historia.

Corría el año 2007. El hombre de los 70´, que por aquel entonces tenía mucha más pinta de hombre de los 90´, y yo, paseábamos nuestro recién estrenado amor por allá donde pisábamos como dos adolescentes que, prácticamente, era lo que éramos.

Estaba en cuarto curso de la licenciatura y en mi casa no tenían queja alguna con mi rendimiento académico… Yo me tomaba muy en serio las amenazas de mi madre en torno a una vida de sumisión, maltrato y trabajo esclavo por jornadas de 13 horas en las fábricas, así que sacaba matrículas de honor «como si» la vida me fuera en ello.

Era el último tercio de la primera legislatura de ZP, en años de bonanza, cuando las becas para estudiantes y los 2.500 Euros para padres primerizos fluían como el crédito, mientras los ciudadanos levitábamos por la vida, íbamos a restaurantes y comprábamos casas, más o menos inconscientes de la que se nos venía encima.

Yo, que a lo largo de mi vida he sido más bien prudente con el tema de las experiencias Erasmus y esas cosas (ya les he comentado que superar los 12 créditos suspensos y, consecuentemente, perder las ayudas del Estado, era una espada de Damocles que pendió sobre mi cabeza durante los 5 años de la carrera) me puse el mundo por montera y decidí que me iba al país de los tréboles y la cerveza negra a pasar dos meses de vacaciones con parte de las «supernenas». Ah, sí! También iba a hacer un curso de inglés. Unas cuantas horas de asistencia obligatoria por las mañanas y a correr..

My beautiful picture

 El primer mes de Julio me lo pasé visitando lugares muy verdes, haciendo cenas en los apartamentos de todos los españoles que coincidÍamos en Cork mientras sonaba a todas horas el «Umbrella» de Rihanna, bebiendo Guinnes en el «Ambros»,  participando en los bailes tradicionales al ritmo de «and a one, two, three, four, five, six, seven, and a one two three and a one two three…» , y alimentándome de queso, patatas y ensalada.

My beautiful picture

Pero la verdadera aventura, estaba aún por llegar.

En el mes de Agosto me abandonaban las supernenas, que se habían ido un mes antes que yo y que volvían al hogar, y me quedaba sola durante tres semanas esperando a mi ya por aquél entonces llamado novio, en un apartamento que compartía con una francesa muy francesa (guapa, chic, misteriosa y un poco atormentada que una noche entró en mi habitación con 5 botellines de ginebra a palo seco para proponerme una fiesta del pijama) y un italiano muy poco italiano (más bien feote, bastante antipático y que nunca cocinó pasta).

Como digo, mi hoy maridín, esposo, hombre de los 70´, aterrizaba en Cork la semana del 20 de Agosto para pasar conmigo los últimos séis días de aventura irlandesa y, precisamente, el día que volvíamos a casa celebrábamos que se cumplía un año enterito desde aquélla noche en que, después de un concierto de Los Suaves, nos besábamos en su coche mientras sonaba Carry de Europe  (no me siento orgullosa de la canción de nuestra historia de amor, pero él no está de acuerdo en inventarse una historia más cool para nuestro idilio, así que dejaremos las cosas como son).

No venía solo, no. Venía cargado de embutido, vino y hasta con una botella de Brugal comprada en España al módico precio de 10 Euros.

DSC01182Durante los primeros días viajamos a la costa, paseamos en bici por los jardines y castillos de Killarney, bebimos más Guiness e hicimos reuniones «a la española» con la francesa francesa y el italiano impostor.

El fin de semana viajamos a Dublín para dar cuenta de la botella de Brugal mientras explorábamos la ciudad nocturna.

Nos alojamos en un Hostel de lo más bohemio, por decir algo: Nuestra cama era clavadita al catre de Heidi y alcanzarla se convertía en una partida de Twister para sortear las goteras, que tenían el suelo completamente erosionado.

La primera noche, una de las más oníricas de mi existencia, pululamos por locales que parecían salidos de la imaginación de Kubrick y terminamos casi a mamporros con un hooligan de dos metros de alto por otros dos de ancho, al que mi felizote y comúnmente inconsciente esposo no dejó de «guiscar» con la baja calidad futbolística de Robbie Keane.

En cuanto a la segunda, la que antecedía a la celebración de nuestro primer año de mariposas y de pintarse los labios a diario, mientras comíamos, mi por aquél entonces hombre de los 90´sacó de su billetera dos pedazos de papel con los bordes recortables en los que pude leer: DAMIEN RICE; MARLAY PARK.

Oh Dios mío! Por fin iba a escuchar en directo a ese irlandés borracho y desquiciado que me había congelado la sangre con su «Blower´s Daughter» mientras veía hipnotizada la película Closer (a estas alturas creo que ya habréis adivinado que soy más bien de tendencia cortavenas…)

Cogíamos el vuelo de vuelta a casa a las 11.00 de la mañana, desde Cork, pero la apertura de puertas era a las 4 de la tarde. En un país en el que se cena a las 18.30 horas, no nos sorprendía que un concierto tuviera lugar a las 17.00.

DSC01236

Allí nos plantamos, en Marlay Park, nerviosos, emocionados…

Las luces del escenario se encendieron a plena luz del día; se hizo el silencio en las inmediaciones y la música comenzó a sonar… Pero no era Damien Rice.

Dimos por hecho que habría teloneros así que seguíamos esperando a Damien mientras escuchábamos a un grupo muy folk.

A esta primera banda folk le siguieron una, dos, tres y hasta cuatro bandas folk más que, efectivamente, no eran Damien Rice, antes de que me decidiera a preguntar a qué hora estaba prevista su aparición.

Unas chicas muy amables, que iban hasta arriba de cerveza, acertaron a decirnos algunas palabras de las que dedujimos que estábamos en el Bud Rising Festival Dublín; que era uno de los festivales más importantes de Irlanda; que no sabrían decirnos a qué hora tocaría el Sr. Rice pero que era el cabeza de cartel y que aún quedaban muchísimas actuaciones antes de finalizar.

De repente sentí miedo. No teníamos hotel en Dublín para esa noche porque habíamos dado por hecho que regresábamos a Cork, y en los bolsillos, los últimos 20 Euros que tenían que darnos para el autobús de vuelta a Dublín, para el tren a Cork y para alimentarnos hasta que llegáramos a casa.

Con todo el susto en el cuerpo respiré hondo; tenía 22 años y estaba en Dublín, con un hombre apuesto esperando a ver en directo al romántico y suicida Damien Rice, así que formateé y decidí disfrutar del concierto. Ya pensaríamos algo después.

El concierto fue espectacular; Damien no decepcionó y terminó cantando la fascinante y desgarradora «Cheers Darlin´» completamente borracho, dando tumbos por el escenario mientras derramaba el vino francés que llevaba en la mano al más puro estilo Eddie Vedder, con la voz rota como si el amor de su vida estuviera en ese momento camino del altar para desposarse con otro… Toda una fiesta para mi romanticismo trasnochado.

Y se hicieron la una y las dos y las tres… De la mañana. Y cogimos el autobús hasta Dublín en silencio, saboreando los acordes y la melodía del Chello y retrasando lo de preocuparnos por qué hacer con nuestras vidas en Dublín; sin un chavo y a pocas horas de coger un vuelo desde Cork hasta casa; con nuestros padres preparados para llamar a la embajada española si nos retrasábamos cinco minutos de la hora de llegada prevista.

Una vez en la ciudad nos hicimos con un chino take away para calmar nuestros estómagos rugientes, que nos vimos obligados a tragar  sin una gota de líquido porque lo que nos quedaba, estaba asignado a otras partidas presupuestarias. Pasamos una hora preguntando en todo tipo de alojamientos para descansar un para de horas hasta que pudiéramos coger el tren. Cuando digo todo tipo de alojamientos me refiero también a ése en cuya puerta yacían (sí, sí, por el suelo) algunos yonkis pasados de rosca, y cuyo acceso se limitaba a una cortina roja de terciopelo detrás de la cual ascendía una escalera estrecha de cal desconchada, hasta vete tu a saber dónde…  Ni siquiera aquí tenían una habitación.

Era 26 de Agosto, sí, pero en Dublín, a las 4.00 am habían tres grados de temperatura. Cargábamos con las maletas del fin de semana que amablemente nos guardaron en nuestro Hostel durante el concierto y los bares, todos, estaban cerrados.

Teníamos frío y estábamos cansados; el catre de Heidi se convertía en nuestros anhelos, en una cama mullidita y confortable… Y, de repente, vimos una cabina. Una con puertas, completamente cerrada (ya habíamos pasado por varias pero las habíamos descartado porque tenían la puerta rota o eran totalmente descubiertas…). Y vimos la luz. Nos metimos en la cabina después de equiparnos con toda la ropa que teníamos en nuestras maletas y de habernos bebido «el culo» de brugal que nos quedaba de la noche anterior !(bendito alcohol que calientas la sangre!). Este era el resultado. Si me hubiera cruzado conmigo, me habría dado un Euro.

DSC01252

Seguramente estarán pensando: La estación de tren ¿por qué no fuisteis allí?. Pues bien, en primer lugar, nos disuadía el hecho de que estuviera a 40 minutos a pie y lleváramos dos maletas y tres mochilas a cuestas (no había taxis, ni uno, obvio). Finalmente concluimos que para estar metidos en una cabina haciendo ejercicios de contorsionismo, andábamos, nos calentábamos y con suerte llegábamos a un lugar cerrado en el que esperar sin miedo a que nos atracaran.

Después de los 40 minutos a pie, llegamos a una CERRADA estación de tren. Eran las 5.30 am. Hasta las 7.00 am que abrieron la estación, los minutos pasaron entre alguna que otra lágrima, reproches vedados, más de un susto de infarto y bastante risas. A las 8 cogimos el tren hasta Cork; 2.30 minutos de trayecto en el que nos sentimos felices y a salvo sin dar mucha importancia al hecho de que teníamos que coger un vuelo en menos de tres horas.

Aún no se como lo hicimos; pero llegamos a casa; «Just on time» fascinados por nuestro primer viaje juntos y con una historia que contar.

DSC01259

Mi hombre de los 70´tuvo la ocurrente idea de repetir experiencia en los aniversarios sucesivos, pero, puesto que alguien tenía que poner cordura en todo esto, me negué rotundamente. A partir de ahora, hoteles de más de tres estrellas, por favor.